Durante las últimas décadas del virreinato y la independencia en México se empezó a cultivar un singular aprecio por el neoclásico y Tolsá sería la gran estrella del movimiento. Como olvidar el majestuos Palacio de Minería o su siempre icónico Caballito. Conforme corría el siglo XIX y la independencia de México quedaba en el pasado el estilo neoclásico era acogido por la república al ver reflejado en éste sus objetivos. Lo interesante del neoclásico mexicano son sus materiales que al no contar con los recursos suficientes para la importación de mármol italiano tuvieron que recurrir a la cantera local. Ejemplo de la tropicalización de los estilos.
Palacio de Minería, Manuel Tolsá.
Fotografía tomada del Archivo Histórico de Excelsior
Acercándonos al siglo XX nos encontraremos con la arquitectura industrial donde los nuevos materiales de construcción llegan a México y con estos los grandes edificios que engalanan el movimiento como lo son El Palacio de Hierro, El Museo del Chopo y mi favorito personal El Gran Hotel dela Ciudad de México.
Interior del Gran Hotel de la Ciudad de México
Fotografía por Alejandra Carbajal
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